Hola a toda la comunidad bloguera. Quería
compartir con vosotros mi dibujo final de el apartado de “ la educación, el
movimiento y yo”. Como podéis observar desde mi primer dibujo hasta éste
último, ha cambiado muchísimo el acercamiento a la asignatura al escuchar estas
tres palabras que ahora son tan significativas para mí.
En mi primer dibujo, como ya comenté en una entrada, plasmé mi educación relacionada con la naturaleza al estar siempre rodeada de animales, de vegetación, del campo en general. Mi niñez ha sido una experiencia magnífica
que me ha marcado hasta hoy en día. Es por esto que siento un gran amor por la naturaleza y
pienso que la educación en la naturaleza te enseña unos valores que no puede adquirir
un niño educado en la ciudad.
Sin embargo llegó la hora de comentar mi
dibujo de final de asignatura en el que he dibujado tres fases:
1. La primera en la que se ve reflejada mi
primera idea de pequeña de amor por la naturaleza que ya comenté en su día.
2. La segunda en la que aparezco graduándome en
ciencias de la actividad física del deporte y con el máster en educación
logrando mi sueño para poder educar en un futuro e intentar mejorar la educación y aportar mi pequeño granito de arena para que los niños se sientan refugiados e integrados en la escuela.
3. Por último, la tercera fase y la mas
significativa bajo mi punto de vista en la que aparezco yo en un futuro, y
esperemos que no muy lejano por la situación económica del país en la que
vivimos, dando clases de educación física apoyando a un niño, que supuestamente
no logra realizar con éxito la actividad propuesta por la profesora (en este caso, yo). Me acerco a él, me agacho
ante él mostrándole confianza para que me cuente su problema y poder comunicarme con él y tranquilizándole
diciéndole que no pasa nada, que lo intente, que con la perseverancia todo se
consigue.
Y es que el libro de Daniel Pennac me ha
resultado muy útil y me ha enseñado que los docentes deben tener paciencia con sus
alumnos, porque pueden estar frustrados por un millón de razones y si les
hacemos caso omiso pueden llegar a optar por el abandono de la asignatura o
incluso por el abandono escolar. Los niños menores de 10 años no distinguen el esfuerzo de la capacidad. Por esto es importante hacerles sentir útiles, rescatarlos de la
ignorancia como bien decía nuestro querido autor en su libro "Mal de escuela", y enseñarles el camino correcto, el
camino hacia el saber, hacia la sabiduría que se consigue por medio de la
comunicación entre los alumnos y por medio de ellos mismos aunque todavía no lo
sepan, como bien plasma la metáfora de las golondrinas que aparecía al final de su libro.
Espero que os haya gustado mi dibujo y que algunos de vosotros os sintáis identificados con él.
Un saludo!.
