¡Hola a toda la comunidad bloguera!. Tras
pedir consejo a Víctor en la clase anterior sobre si el tema que había elegido
para mi blog era interesante, me di cuenta de que tenia que ser un tema un poco
mas específico, del que se pudieran sustraer vivencias que habíamos
experimentado a lo largo de los años, para que fuese de alguna manera “nuestra
historia”. En un primer momento quise hablar de la motivación, pero hasta que
no profundicé en el tema, no me percaté de lo que ello suponía; es un tema muy
amplio, incluso diría que demasiado en el que podemos divagar y esto no es
bueno. Por esto, con ayuda de las ideas que me propuso Víctor, decidí hablar
sobre mi abandono deportivo y la
falta de motivación que obtuve en esos años en los que practicaba mi deporte.
Dicho esto, comenzaré con mi primer post describiendo
qué fue lo que me llevó a practicar mi deporte, porqué me gustaba tanto el
tenis y qué sensaciones experimentaba entrenando.
El tenis era un deporte que me llamaba muchísimo
la atención. Veía casi todos los partidos de los torneos que podía y cada
domingo nos reuníamos en familia para ver las finales con un buen
acompañamiento de refrescos y palomitas, como si de una película acabada de
estrenar en el cine se tratase, algo que me llenaba de adrenalina en los puntos
mas complejos, satisfacción y alegría.
Me
parecía un deporte bastante difícil al ser individual, pero a la vez, esto era
lo que me intrigaba, lo que me llamó la atención para practicarlo. No era como
todos los deportes comunes como por ejemplo el fútbol, el baloncesto…con todos
mis respetos, y por esto decidí practicarlo. Así que con 9 años me
apunté a una escuela de tenis en Alzira. Mis padres me apoyaron al 100% y esto todavía me
animaba mas, hacía que me esforzara en mis entrenamientos, que me centrase
completamente en lo que estaba haciendo. Ni os imagináis lo divertido que me
resultaba entrenar con mis compañeros, lo que me reía en las clases, en los
juegos que el profesor proponía…para mí no había nada igual, ninguna sensación
que se le asemejase.
Al principio entrenaba cada martes y jueves en
la escuela de iniciación, hice infinidad de amigos, que por cierto, todavía
conservo, estaba muy contenta con todo lo que iba aprendiendo y progresando,
pero poco a poco, y conforme iban pasando los años, mis amigos y yo íbamos
subiendo el nivel. Casi todos ellos llevaban desde los 4 años entrenando, una
barbarie y esto fue lo que en un futuro marcaría la diferencia. Pero de esto ya
os hablaré en el siguiente post, no quiero adelantar demasiado mi historia.
Siguiendo con mis experiencias en este deporte,
jugar a tenis para mí suponía casi todo, suponía el despejarme tras largos y
duros días de colegio, el reunirme con mis amigos, el relacionarme con un
ambiente deportivo en el que realmente si que podías observar que querían
educarte, a parte de enseñarte a jugar a tenis, el divertirme y jugar, que en
esas edades yo diría que es lo que mas se debe resaltar en la práctica
deportiva, y sobre todo, en la iniciación. En definitiva, me sentía una persona
realizada.
Espero que os haya parecido interesante y que
alguno de vosotros se pueda sentir identificado con mis experiencias y
sentimientos en el deporte. También espero que os haya gustado esta primera y
pequeña introducción a lo que será mi tema en este blog: mi abandono deportivo
y la falta de motivación.