Y esque el camino está lleno de piedras, pero es el camino a seguir... Por muchas veces que me caiga al suelo, yo me levanto y SIGO AQUÍ.

viernes, 6 de diciembre de 2013

MI ABANDONO DEPORTIVO

Llegó el momento de desvelar el por qué abandoné el tenis, aquel deporte que tanto me hacía sentir bien, que tanto me reconfortaba y que todavía sigue apasionándome.

Como ya dije en mi anterior entrada de ME INTERESA, hice muy buenos amigos en mi aventura deportiva que todavía hoy conservo, pero todos ellos llevaban 5 años de ventaja en este deporte, que fue lo que empezaría, a lo largo de los años, a marcar tan gran diferencia. Y no es que me esté excusando, pero así lo veían mis entrenadores.

Yo era una niña que practicaba deporte por diversión, para distraerme y liberar esas pequeñas tensiones de la escuela que, al ser niños, nos parecen un mundo, para hacer nuevos amigos en un ambiente sano y deportivo pero, sobre todo, para aprender nuevas habilidades, en este caso tenísticas, divirtiéndome.

Al principio teníamos una entrenadora especial, era muy severa, puntual, estricta  pero, a la vez, comprensiva con las diferencias individuales de cada uno de sus alumnos. Con esta encantadora mujer entrenábamos todos juntos divididos en dos pistas, se interesaba por nosotros, realizaba feedbacks bien negativos o bien positivos en cada golpe que realizabas.  Con ella nos esforzábamos al máximo, nos sacaba nuestro máximo rendimiento, todo fluía. Al final de la sesión nos reuníamos y hacíamos un pequeño resumen de la clase mientras estirábamos. En fin, fue una muy buena entrenadora y aunque estaba claro que habían grandes diferencias a nivel de rendimiento y habilidad ella nunca lo revelaba, e incluso lo intentaba disimular para que ninguno de nosotros se sintiese excluido o “inútil”. Debido a la buena y merecida fama que se ganó esta profesora, mucha gente comenzó a apuntarse a tenis en nuestro club; ya éramos una gran familia. Pero las malas noticias llegaron al club, la entrenadora se tuvo que marchar a su ciudad para no volver por motivos personales y le hicimos la despedida que se merecía. Fue una noticia muy triste para todos nosotros porque la queríamos muchísimo.

De pronto, sin comerlo ni beberlo, aparecieron dos nuevos entrenadores como sustitutos permanentes de nuestra antigua profesora que, al parecer, querían cambiar el club de arriba abajo empezando por convertirlo en un club de “entrenamientos de alto rendimiento”, en cuanto era un club que en sus principios propiciaba el deporte, el aprendizaje y la diversión; sobre todo tuvo que ver uno de ellos, que era el que mas poder tenía en el club. Una buena parte de mis amigos de siempre, empezaron a desapuntarse, a abandonar el tenis y nos quedamos muy pocos en comparación de los que éramos antiguamente. Ya nada era lo mismo, empezaron a separarnos por niveles de habilidad digámoslo así, no coincidíamos nunca ni en el día de entrenamiento ni en las horas siquiera y si coincidíamos entrenábamos en pistas que estaban a la otra punta de las que “los mas buenos” entrenaban. Todos estábamos descontentos pero aguantábamos entrenando ansiosos por que llegase el verano. Por lo menos, en el campus de verano hacían algo distinto y nos podíamos juntar todos entrenando y hacíamoso partidos todos contra todos y esto resultaba gratificante, nos recordaba a los viejos tiempos.

Con este modo de organización que adoptaron a lo largo de los años yo cada vez me sentía mas desmotivada, iba a entrenar cada vez con mas desgana, no me esforzaba porque no me incentivaban a hacerlo y fui perdiendo nivel.
Pero en el siguiente campus de verano apareció la gota que colmaría el vaso; tras varios años aguantando esta situación en las que algunos de nosotros, no todos, nos sentíamos excluidos del grupo, apartados, nos sentíamos que no servíamos para el tenis y esto nos llevaba a una gran desilusión; En este campus una amiga y yo acudíamos juntas a entrenar todas las mañanas y el primer día llegamos muy ilusionadas porque se suponía que empezaba una etapa distinta en la que podíamos entrenar todos juntos y jugar partidos contra todos pero algo inesperado sucedió.

Entramos al club y nos pusieron a mi amiga y a mi en una pista aparte con niños de 6 y 7 años… aguantamos un día y dos, pero al tercer día decidí que yo no podía entrenar con niños a los que le llevase casi 10 años de diferencia, encima en plena adolescencia en la que nos quedamos perplejas y buscamos explicación a esta situación. Al no dárnosla, me borré automáticamente, no entendía nada y esto fue el colmo.

Con todo lo sucedido me inundó la desmotivación y el desinterés y desde ese momento no he vuelto a jugar a tenis aunque sigue siendo el deporte que mas me gusta. Espero que os haya parecido interesante el motivo de mi abandono deportivo y que si alguno de vosotros se ha sentido identificado con esta historia estaría encantada de comentarlo en clase con vosotros. En la próxima y última entrada de ME INTERESA haré un pequeño resumen de los principales motivos de abandono tanto deportivo como escolar y realizaré una reflexión al respecto.

5 comentarios:

  1. Uf Arantxa, una historia bastante intensa... La verdad al leer tu anterior entrada me quedé con ganas de ver cómo continuaba, ya que yo también abandoné hace poco el deporte que más me gustaba. Pero la razón de abandonó no es exactamente la misma. Lo que te pasó a ti me parece más que suficiente motivo para llegar a la decisión que tomaste. Tú ibas a entrenar como has dicho por diversión, y porque te lo pasabas bien haciendo el deporte que te gustaba. Sin embargo, que lleguen dos entrenadores que quieran sólo centrarse en el resultado y que valoren nada más... Es un gran cambio. Yo me desmotivé y me desilusione, por falta de atención de motivación y de que me transmitieran esas ganas otra vez de luchar, de disfrutar nadando y de dar al máximo. Es verdad que en deporte se llega a un punto que tienes que ir más allá de la "diversión" si quieres ser bueno, pero hay muchas formas de hacerlo. Y un buen entrenador es capaz de convertirte en un grande sin dejar a un lado ese disfrute y ganas de divertirte entrenando fuerte. Muy buena entrada, como en la otra que hiciste, me ha hecho recordar en mi experiencia. Eso sí, nunca dejes de practicarlo si es el deporte que te gusta de verdad.

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  2. Interesante entrada la que acabo de leer. Aparte al ser sobre tenis me llama todavía más la atención. Al igual que tú, también abandoné el tenis y quería saber si existían ciertas similitudes, pero creo que los casos son totalmente distintos. Llegué a cambiar mi vida por el entrenamiento (del alto rendimiento), pero al final no resultó posible llegar a la meta deseada y me lo dejé...
    El caso, tu caso, no me ha gustado saber que ese fue el motivo del abandono, pero no por ti, sino por el hacer de esos entrenadores que actuaron de una manera equivocada. Tal vez los conozca, ya que he jugado mil veces en Alzira (en sus dos clubs), y creo que me hago una idea de quiénes pueden ser (por lo menos uno de ellos). Comprendo el motivo del abandono, es muy desmotivante que te hagan eso y además sin explicación, tal como lo cuentas parece que os invitaran a salir...
    En cuanto a no volver a jugar a mi me sucedió/sucede lo mismo, apenas toco la raqueta, y es una auténtica pena. Me gustaría jugar de vez en cuando, me imagino que como a ti, pero por unas cosas u otras nunca sucede.
    Un saludo!

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  3. ¡Arantxa que entrada más emotiva! Yo me siento totalmente identificada contigo, dejé la natación hace muchos años y todo por culpa de un mal entrenador. A pesar de que tuve una lesión en la rodilla, el entrenador seguía entrenándome como si nada me pasara hasta que me harté y decidí no ir nunca más.Hoy en día me arrepiento muchísimo de que no siguiera nadando, y todo por las malas acciones del entrenador. La verdad es que el papel del entrenador es fundamental en la carrera deportiva de un niño, y a veces se olvidan que lo más importante es divertirse y relacionarse con los amigos, no buscas 'estrellas' a edades muy tempranas. Me gustaría que entrenadores así no existieran, pero por desgracia vivimos en un mundo donde no todo puede ser perfecto. Lo que no me cabe duda es que si algún día soy entrenadora o profesora de niños, nunca les haré sentir inútiles ni desplazados. Me ha gustado mucho tu historia, un saludo :)

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  4. Como miriam opino que es una entrada super emotiva, e injusta y no por tu culpa, sino por culpa de tus entrenadores. Experiencias como estas que nos cuentas es muy importante que sean conocidas, ya que pueden ayudar a concienciar a todos los lectores de tu blog de que en esta vida lo más importante no es ganar ni crear "estrellitas", sino conseguir que nuestros deportistas disfruten de nuestras clases, interactuen con los compañeros, y crezcan como personas.
    Un saludo Arantxa y espero que algún día vuelvas a estar en contacto con el tenis :)

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  5. Como bien explicas las aptitudes de los entrenadores nos condiciona mucho, tanto para bien como para mal. Desgraciadamente yo también dejé mi deporte favorito momentáneamente por culpa de un entrenador que nos faltaba al respeto casi todos los días, pero tuve la gran suerte de que al mes de marcharme de ese club me llamó otro pidiéndome que jugara en su equipo. Yo desilusionada por la experiencia pasada no estaba muy convencida de volver a empezar en el siguiente club, pero fui a probar y me encantó, volví a sentir esa ilusión de ir a los entrenamientos y los partidos.
    Es por eso que no hay que generalizar, y pensar en otras opciones.
    Arantxa, te animo a que sigas practicando deporte.
    Saludos!

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